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Cap. 9
Sumario
1. Posibilidades de modificación de la imagen
2. La composición fotográfica
3. El centro de interés
4. El ángulo de toma
5. La forma y el volumen
6. El tono y el contraste
7. La textura
8. Consejos finales
8. Autoevaluación
1.- POSIBILIDADES DE CONTROL SOBRE LA IMAGEN
Si consideramos la fotografía como algo más que una técnica, podemos mejorar la calidad y fuerza de la imagen cuidando también su aspecto artístico.
En fotografía la composición tiene muchas más limitaciones que en otros medios artísticos, pues en ella el motivo condiciona en mayor grado el resultado que en pintura, en donde se parte de cero (lienzo en blanco).
Los principales medios con que cuenta el fotógrafo para interpretar un tema se reducen a:
Y , en ciertas ocasiones, además:
Aunque algunas fotografías tomadas al azar resulten con una composición impecable, lo normal es que una buena composición haya tenido un periodo inicial de meditación y análisis.
De los seis factores que veremos a continuación (composición, centro de interés, ángulo de toma, forma y volumen, tono y contraste, y textura), los tres primeros hacen referencia a la distribución y en cuadre de los elementos de la escena, y los tres últimos al objetos propiamente dichos. Muchas de estas normas son comunes al dibujo y la pintura.
2.- LA COMPOSICIÓN
Aunque las reglas que vamos a ver no son principios matemáticos, si las empleamos notaremos como la imagen obtenida provoca cuando la observamos sensaciones de mayor intensidad.
A. COMPOSICIÓN SIMÉTRICA:
Muchos de los temas que se fotografían habitualmente tienen uno o varios planos de simetría. Personas, animales, objetos, incluso la linea del horizonte pueden actuar en tal sentido.
La imagen resulta agradable si los motivos situados a ambos lados del eje de simetría tienen el mismo "peso visual" .
La composición simétrica es sencilla, solemne y formal; pero fría y demasiado mecánica.
B. COMPOSICIÓN ASIMÉTRICA:
Son numerosas las variantes que pueden incluirse en este apartado. Se las conoce con el nombre de las formas de letras o figuras que adoptan. Las más utilizadas son la triangular y las realizadas en forma de S, L, o C., que parece ser que son las que más a gusto recorre nuestra vista.
B. COMPOSICIÓN CON LINEAS:
Las líneas pueden estar presentes en la imagen o existir implícitamente uniendo sus elementos constituyentes.
En una composición, las líneas pueden actuar: haciendo penetrar nuestra visión en la fotografía, guiando nuestra mirada por la imagen hasta el centro de interés, o haciendo salir nuestra mirada de la foto lo más suavemente posible.
D. REGLA DE LOS TERCIOS:
Es la norma más clásica en la composición, tanto en pintura como en fotografía.
Se basa en dividir el formato rectangular en tres bandas iguales, tanto vertical como horizontalmente. Existen variantes más complejas basadas en la utilización de la sección áurea clásica, pero sus resultados son similares.
Las dos líneas verticales u horizontales, con que imaginariamente dividimos el encuadre, determinan la posición principal de los elementos alargados (horizonte, edificios, etc.) y en los cuatro puntos de intersección de estas líneas se sitúan los puntos de interés de la imagen.
No es necesario ocupar todas las lineas ni los puntos, sino situar sobre cualquiera de ellos el elemento principal.
De esta regla se desprende la conocida norma en fotografía de paisajes, de no situar nunca el horizonte en el centro del fotograma.
E. EL EQUILIBRIO:
Una fotografía resulta tanto más agradable, cuanto más equilibrada sea la situación de los elementos que la componen.
La distribución de los elementos ha de hacerse posicionando los objetos según su "peso visual", conforme los colocaríamos en una balanza cuyo centro coincidiese con el del fotograma. Según esto, los elementos de mayor masa visual se colocarán más al centro, y los más ligeros hacia los márgenes.
El concepto de "peso visual" se toma en un sentido de mancha o masa, y también como el del volumen y el peso que intuitivamente asociamos a cada elemento.
El equilibrio también se extiende a las composiciones verticales, por ello inconscientemente, la foto nos resulta más natural si situamos los objetos más pesados más abajo que los ligeros.
Recurriendo al símil de la balanza, si buscamos una composición simétrica y equilibrada habrá que imaginar la escena como una balanza de dos platillos y distribuir los elementos en consecuencia. Si perseguimos un equilibrio asimétrico los distribuiremos imaginando una balanza romana.
En fotografía en color, la noción de equilibrio, se extiende también a la intensidad y al contraste de los colores.
Una imagen mal equilibrada es rechazada mentalmente por cualquier observador, con lo que el resto de su mensaje puede ser totalmente inútil.
F. EL RITMO:
El ritmo es el resultado de la repetición de líneas, formas, volúmenes, tonos y colores. La repetición de un motivo aumenta la armonía de una escena. El ritmo permite además unir los diferentes elementos de la escena para conferirles unidad y fluidez.
Las composiciones con ritmo excesivamente rígido, como las olas, cartones de huevos, campos de dunas, terrenos de cultivo, etc., conviene romperlas con algún pequeño objeto discordante que atenúe su rigidez y proporcione un centro de interés.
Antes de realizar una fotografía deberíamos preguntarnos que es lo que pretendemos captar en ella. En cualquier motivo siempre existe un elemento que atrae más intensamente nuestra atención y que constituye el centro de interés, entorno a él, ha de basarse todo intento de composición.
En las composiciones complicadas, el centro de interés puede estar en las formas básicas del conjunto, y cualquier motivo que coincida con las intersecciones de la regla de los tercios, llamará poderosamente la atención.
Para establecer el encuadre en función del centro de interés hemos de tener en cuanta las siguientes normas:
1. Cuando en una escena hay dos o tres motivos con la misma fuerza que el principal, se establece un competencia entre ellos que genera confusión en el observador y perjudica la fotografía.
2. La situación, y el tratamiento que demos al centro de interés es, posiblemente, lo más decisivo en la composición fotográfica.
3. Por lo general, lo más sencillo y efectivo para resaltar su importancia es situarlo en el fotograma conforme a la conocida regla de los tercios.
4. Si una persona o animal se fotografía de perfil, se debe dejar siempre más espacio por delante de su cara que por detrás.
5. De igual forma, al fotografiar objetos móviles, es muy importante captar los entrando en la foto y nunca saliendo.
6. El fondo tiene una importancia decisiva a la hora de valorar el punto de interés, y por lo general, nunca debe competir con el motivo principal. Para ello podemos recurrir a un fondo de tonalidad opuesta para resaltar el objeto principal (objetos claros sobre fondos oscuros y viceversa) o, si está en otro plano, podemos simplemente desenfocarlo abriendo para ello el diafragma.
Lo normal es fotografiar colocado frente al motivo, de pie, con la cámara a nivel de los ojos y con el plano focal perpendicular al suelo. El tema se puede captar así sin distorsiones y de forma clara y descriptiva, pero se obtienen imágenes estandarizadas y poco originales.
Una de las formas de conseguir encuadres originales de temas vulgares, consiste en saltarnos esta norma a la torera y cambiar el punto de vista.
Cuando optamos por un punto de vista elevado (vista de pájaro), podemos excluir la línea del horizonte y utilizar el suelo como fondo. Esto proporciona imágenes muy originales pero, por lo general, el sujeto principal queda poco destacado sobre el fondo y, si se fotografían personas, saldrán con la cabeza enorme y distorsionada.
Si fotografiamos a nivel del suelo y hacia arriba (vista de hormiga), el horizonte e incluso el suelo pueden no aparecer en la foto. El sujeto, principal resalta mucho más que en el caso anterior, pero pueden aparecer luces parásitas si se utiliza iluminación cenital.
En retrato destaca demasiado la mandíbula y los agujeros de la nariz, por lo que está totalmente desaconsejado.
Todos los defectos y deformaciones producidas la variar el ángulo de la toma, pueden exagerarse intencionadamente utilizando objetivos de corta distancia focal (granangulares).
También pueden amortiguarse las distorsiones e incluso suprimirse, empleando cámaras de gran formato y efectuando descentramientos del objetivo o del respaldo.
5.- LA FORMA Y EL VOLUMEN
Muchas veces la forma es el aspecto más importante de una fotografía. Nos basta con la silueta o el perfil de un objeto para reconocerlo.
La cámara, a diferencia de nuestra vista, ve en un sólo plano, por lo que si queremos destacar la forma de un objeto habrá que conseguir que llame fuertemente la atención.
El perfil de un rostro curtido, las ramas secas y retorcidas de un árbol contra el cielo, el cuello de un cisne, el radiador de un Càdillac, etc., son formas que atraen poderosamente nuestra atención.
Para conseguir tomas impactantes de objetos con formas atractivas conviene tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
1. Abstraer las formas del objeto principal, eliminando al máximo los detalles (por ejemplo realizando un contraluz que destaque únicamente su silueta.
2. Acercarnos al encuadrar, de forma que aislemos la formas de un sólo elemento del motivo.
3. Utilizar un fondo lo más uniforme posible y que no distraiga la atención.
4. Buscar el máximo contraste de tono entre la forma principal y el fondo.
5. Utilizar al máximo las normas de composición, ritmo y equilibrio para destacar la forma.
Si observamos fotografías de objetos corrientes en sus perspectivas habituales, nos resulta fácil deducir el volumen que tienen, pero si el ángulo de toma es rebuscado, o los objetos son poco corrientes, nos resulta muy difícil captarlo. A veces se puede solucionar esto introduciendo objetos conocidos que actúen como referencia de tamaño.
Un método excelente para resaltar las formas consiste en utilizar algún elemento de la imagen para enmarcar el motivo. Si aprovechamos el arco de entrada a algún monumento para enmarcar el sujeto principal, tanto si disparamos de dentro a fuera, como al revés, el tema principal quedará rodeado con un tono opuesto que realza la fuerza del motivo. Cuando este marco es negro la expresividad es mayor pues nos causa la sensación de estar inmersos en la escena.
En cualquier caso, para que un objeto tridimensional captado en una copia bidimensional, tenga corporeidad y ofrezca sensación de volumen, además de su forma habrá que captar también su sombreado (tono) y los detalles de su superficie (textura).
6.- TONO Y CONTRASTE
Se entiende por TONO a la brillantez visual de una zona de una imagen que puede distinguirse de otras partes más claras o más oscuras.
El blanco, el negro y toda la gama de grises constituyen su GAMA TONAL.
Cada tono está íntimamente relacionado con el color y con la luz.
Un trozo de carbón situado bajo una luz intensa, puede tener un tono más claro que un huevo colocado en una sobra muy oscura.
En muchas ocasiones, la gama de tonos de la escena es superior a la que puede captar la película. Mientras que en un paisaje iluminado por un sol intenso, la relación de luminosidades puede exceder la proporción 1000:1, en una copia perfectamente realizada nunca sobrepasa el rango 60:1.
En el caso de las diapositivas, el intervalo tonal que aceptan es algo mayor pero todavía distan mucho de la gama tonal real.
Este problema se puede resolver haciendo que concuerden los tonos de luces y sombras, tanto en el motivo como en la copia, y comprimiendo la escala tonal intermedia.
Rembrandt ya utilizaba este método en su pintura al dar un gran valor a las luces y a las sombras, en detrimento de los tonos medios.
Se entiende por CONTRASTE a la diferencia de tonos que hay entre las distintas zonas de la imagen. Una imagen resulta visible gracias a su diferencia de contraste respecto a los valores de los tonos que la rodean.
El INTERVALO DE LUMINOSIDADES, equivale al contraste máximo entre las zonas de una fotografía, sean o no contiguas.
Si imaginamos una escala de grises de nueve densidades incluyendo desde el blanco = 9, hasta el negro = 1, una escena que cuente únicamente con los tonos 1y 9 (blancos y negros), tendría el mismo contraste que la que incluye además los grises intermedios. Sin embargo, subjetivamente, el contraste nos parece mayor en el primer caso.
En cualquier caso, fotos con poco contraste, con carencia de tonos intensamente negros o copias sin blancos limpios, producen siempre sensación de bajo contraste.
En ocasiones se busca intencionadamente utilizar sólo la parte alta de la escala (del 9 al 5), estas copias de tonos altos y blancos se denominan HIGH-KEY, y sugieren frescura, inocencia, libertad, etc.
Por el contrario la táctica llamada LOW-KEY, emplea los tonos bajos de la escala (del 1 al 4 ó 5). Este estilo sugiere drama, misterio, obsesión, etc.
Además de la luz y del color de los objetos, influyen también sobre el tono y el contraste:
7.- LA TEXTURA
Por textura se entiende la estructura de la capa superficial de un material.
Una foto con una la textura muy resaltada, confiere realismo a la imagen porque estimula nuestro sentido del tacto.
La textura, junto con el tono y la forma, transforman los motivos planos en imágenes con fuerte sensación tridimensional.
Entre todos los factores que pueden resaltar la textura, el más importante es, con mucha diferencia, la iluminación.
La mayor parte de los objetos iluminados con luz dura, intensa y rasante, desvelan una textura imperceptible por cualquier otro método. Esto es fundamental en fotografía forense, arqueológica, numismática, etc.
© Luis Monje Arenas 2008